“Caritas in Veritate”

> Texto: María del Cerro

Hoy en día, sin creer saber por qué, nos encontramos rodeados de miseria, decadencia, odio y pobreza. Tendemos a creer que la culpa de la situación mundial que nos rodea no es nuestra, sino que reside en organismos que se encuentran por encima de nosotros mismos, que no tienen nada que ver con nuesra propia naturaleza, y que tienden al mal de manera automática. Esto crea en la sociedad un sentimiento de resentimiento y culpa que muchas veces, camuflado por la indiferencia social, creemos no apreciar.

Con la lectura de las palabras de nuestro honorado Papa Benedicto XVI, he participado de la conciencia moral que implica al hombre, y lo pone en el centro de la problemática social y mundial. La escasez de pensamiento de la que habla el Sumo Pontífice, como consecuencia de la ausencia de amor hacia Dios y al prójimo, es algo que mi corazón ha ido comprendiendo y asimilando a lo largo de las páginas de “Caritas in Veritate”. Un sentimiento de frustración ante la certeza de que la solución a la decadente situación mundial está en la caridad que Dios nos ha dado, se ha apoderado de mí con la lectura, pero a la vez, también ha ido surgiendo la Esperanza, pues a pesar del mal, Jesús está con nosotros, y en la soledad material que el hombre con la gloria de la tecnificación quiere conseguir, su amor por nostros representa la salvación.

Creo muy recomendable la lectura de la encíclica “Caritas in Veritate” –La caridad es la verdad, es el nombre que recibe la tercera encíclica del Sumo Pontífce Benedicto XVI, firmada el 29 de junio de 2009 y presentada el 7 de julio del mismo año– por toda la sociedad cristiana y no cristiana, pues Benedicto XVI, desde la humildad y amor por los hombres, consigue lanzar ese mensaje de salvación que tan urgentemente necesita el hombre para su desarrollo.

A nosotros los jóvenes en especial, profundizar sobre este tipo de palabras nos beneficia enormemente, pues inmersos en el ajetreo de corrientes y pensamientos que la sociedad presenta, Dios, con la verdad de su amor, se muestra como un pilar fuerte y sólido.