La alegría de la FE

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“El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres” (Sal.25)

Texto: Ángel Saneugenio (Abad Párroco Insignie Colegiata Santa María de Gandia)

El gran regalo de la fe, el regalo de conocer y amar al Señor, que es un don que se nos ha dado gratuitamente por parte de Dios, produce en el creyente una enorme alegría interior.

Para experimentar esa alegría en el contexto del “Año de la Fe”, proclamado por el Santo Padre, hemos de conocer, en primer lugar, más y mejor, las verdades de la fe, mediante la enseñanza del Concilio Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia Católica.

En segundo lugar, ha de ocupar un lugar fundamental en nuestra vida la oración.

Una persona o una comunidad que ora y celebra los sacramentos con frecuencia, se encuentra con Jesús, se convierte en discípulo suyo y todo, a su alrededor, se transforma porque uno mismo se ha dejado transformar por Él.

El encuentro con el Señor no nos puede producir parálisis o quedarnos egoístamente mirándonos a nosotros mismos. Hemos de abrir nuestra visión y nuestra voluntad de servicio a los demás, ocupándonos de sus necesidades, algunas, en los momentos actuales urgentes y que requieren acciones sin demora.

Sentiremos esta urgencia de la caridad y el servicio a los necesitados y excluidos en tanto en cuanto la celebración de los sacramentos, especialmente la Eucaristía y la Confesión, sea parte fundamental de nuestra vida creyente.

Conocer personalmente a Jesucristo, amarlo con todo el corazón, nos empuja a seguirle en la vida de cada día, con verdadero coraje, convirtiéndonos en auténticos cristianos que cumplen el único mandamiento: amar a Dios con total entrega y al prójimo como a nosotros mismos. Esto produce auténtica y verdadera alegría.

El Señor no ha abandonado a su Iglesia. No falla nunca. Más aún, continúa hablándonos al oído. Nuestra tarea es escucharle, responderle con coraje y determinación y seguirle sin cansancio. “Tú ven y sígueme”. El Señor continúa estando grande con nosotros y cada día tenemos que estar más esperanzados y alegres.