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Carta del Hermano Mayor de la Real e Ilustre Hermandad Nuestra Señora de los Dolores a los cofrades

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Un año más me dirijo a ti a las puertas de la celebración de una nueva Semana Santa. Una efeméride que de nuevo tendremos que vivir más que nunca desde nuestro interior. La crisis sanitaria no nos permite realizar actos populosos, pero no por ello debemos dejar de venerar a nuestra Madre Dolorosa y sentirnos cerca de ella.

Tenemos la suerte de pertenecer a una de las hermandades más activas de la ciudad. Una cofradía Real e Ilustre que debemos llevar con honor y sinceridad. El pasado 30 de septiembre volví a salir elegido Hermano Mayor. Un cargo que renuevo con satisfacción y con muchísima ilusión y ganas de seguir trabajando por la Hermandad. Tal y como dije en el acto de mi reelección, me siento muy afortunado. Afortunado por seguir cuatro años más al frente de una de las hermandades más importantes de la ciudad.

Estamos en una Hermandad que es Real e Ilustre gracias al esfuerzo de todos. Una Hermandad en la que el trabajo bien hecho, los valores, la historia y su fuerte devoción por la Madre Dolorosa nos hace, simplemente, inimitables. Estamos envueltos por pequeñas cosas, pequeños detalles que definen aquello que somos y es justo eso lo que nos hace inconfundibles. No es que seamos ni mejores, ni peores. Simplemente que tenemos cosas que solo nosotros tenemos. Cosas buenas, cosas nuestras que tenemos en la Hermandad.

Y os preguntaréis, ¿y cuál es el secreto de ser inimitables? El trabajo en equipo, con humildad y sin protagonistas, cuidando cada uno de los detalles.

Pero a pesar de que se ha recorrido mucho en los últimos cuatro años con la consecución del título de Real e Ilustre Hermandad, la redacción y aprobación de los nuevos estatutos y el régimen interno, el nuevo carro automático del anda que permite vestir a la Virgen en el propio local, el museo que no deja indiferente a los que ya lo han visitado, la revista L7D, la digitalización de la base de datos de cofrades, el nuevo palio rojo cardenal, el modelo tridimensional de la Virgen, el nuevo estandarte, un nuevo estilo de gestión, y alguna cosa más, pero siempre quedan retos por alcanzar. Asignaturas pendientes, diría yo. Entre ellas la movilización social de los cofrades más allá de los días grandes. Me refiero a la implicación y participación de los cofrades en los actos organizados por la Hermandad. Un problema de fondo, de siempre, que necesita que sea tratado con tacto. Y este es un reto, casi personal. Me atrevería a decir que es el reto  para los próximos cuatro años. No sé si es una cuestión de comunicación, aunque no lo creo porque existen varios canales abiertos. También hay gente que va a la suya y que decide mantenerse distante de la Hermandad, salvo el Jueves y el Viernes Santo. Sinceramente, querida hermana y hermano, esto no es ser cofrade. Esto no es vivir el espíritu de una hermandad. Esto es otra cosa muy distinta. Y es una pena, porque la Hermandad está abierta a todo y a todos. Incluso planteo, junto a la Directiva, realizar un congreso en el que entre todos pongamos las líneas futuras de la cofradía. Hacia dónde queremos ir. Una iniciativa participativa, abierta y transparente en la que cada cofrade pueda dar su opinión. Pero me parece que esto más bien es una quimera.

La Dolorosa tiene la suerte de ser una hermandad muy activa. Al margen de la misa que celebramos todos los segundos sábados de mes en la Colegiata, tenemos muchos otros actos y actividades programadas a lo largo del año. Cierto es que debido a la pandemia estas se han reducido casi a la mínima expresión. Meses atrás se decidió posponer para 2022 la celebración del Año Real con toda la agenda de actos programada. Fue una decisión dura, pero a la vez muy acertada.

Empieza mi segundo mandato al frente de la Hermandad con muchísimas cosas por hacer. Muchos proyectos por emprender. Me vienen a la cabeza las palabras de uno de los poetas más populares del siglo pasado. Miquel Martí Pol escribía: “Tot està per fer i tot és possible”.Y para ello cuento con el mejor equipo posible. Un equipo formado por médicos, enfermeras, profesores, periodistas, abogados, estudiantes, químicos, ingenieros y ex bancarios, entre otros. Un grupo de trabajo capaz de conducir la vida de la Hermandad por el camino de la fe y del sentido común. La pasión, la dedicación, el atrevimiento, la curiosidad y una fuerte implicación y entrega son algunos de los valores de todos ellos. Es más, me atrevería a decir, que son las ganas de trabajar fuerte a cambio de nada. Un trabajo por devoción a la  Madre Dolorosa. Si hacemos las cosas como nosotros sabemos hacer, ¿hay algo imposible, qué no conseguiremos?

Lo dije en el acto de inauguración del Año Real y lo vuelvo a repetir ahora. El coronavirus nos ha obligado a reinventarnos. Mostrar a la sociedad y a los cofrades nuestra capacidad adaptativa, siempre dentro de unos parámetros cristianos, nos hace también grandes. En resumen, existe vida en la Hermandad más allá de los días grandes de la Semana Santa.

Me gustaría presentaros de forma resumida los diez proyectos que van a dar sentido a este nuevo mandato para los próximos cuatro años, condicionado a la nueva coyuntura económica de la cofradía.

1. Conocer el ADN de la Hermandad y plasmarlo en una publicación.

2. Potenciar la actividad pastoral de la Hermandad con la ayuda de nuestro consiliario, el M. I. Sr. D. José Cascant Ribelles.

3. Rodar el documental Dolorosa Real.

4. Restaurar el patrimonio de la Hermandad. A día de hoy el trono anda necesita una restauración integral: lámparas, instalación eléctrica, varales del palio y el recubrimiento de pan de plata del trono.

5. Potenciar DOLOROSA MUSEO y su presencia en el circuito cultural religioso de la ciudad.

6. Confeccionar el catálogo de la Hermandad.

7. Trabajar en la captación de nuevos cofrades y aumentar la implicación de todos ellos en cada uno de los actos organizados por la Hermandad.

8. Mantener el elevado nivel de la revista L7D.

9. Ampliar el fondo artístico expuesto en DOLOROSA MUSEO.

10. Mantener una buena situación económica. En 2024, la Hermandad habrá saldado los dos préstamos que tiene contraídos por la compra y reforma del local, lo que permitirá que la economía de la Dolorosa entre en otra situación muy distinta. Hasta entonces, la Hermandad necesitará la cantidad de mil euros todos los meses para seguir haciendo frente a sus compromisos financieros. Así, el 7 de junio de 2023 terminaremos de pagar el préstamo de 100.679 € por la compra del local y el 7 de octubre de 2024 los 71.100 € por la reforma del local. A partir de ahí, la Hermandad podrá respirar.

Diez puntos, diez compromisos, todos ellos importantes. Para conseguirlos hará falta la implicación de todos, no solo de los miembros de la Directiva, sino de todos los cofrades.

Permitidme que las últimas palabras sean para la nueva camarera, Dña. Clara Carbonell Frasquet. Quisiera agradecerle que aceptara esta responsabilidad. Estoy convencido de que será una gran Camarera y que sabrá representar a la Hermandad en todos y cada uno de los actos como esta se merece. Dña. Clara, va a vivir una experiencia irrepetible que espero que siempre lleve consigo misma. Mis más sinceras felicitaciones.

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D. Joan Estornell Cremades
Hermano Mayor