SEPULCRO GANDIA

 

> Texto: Miguel Fons, Consiliario de la Hermandad

SÉPTIMO DOLOR JESÚS ES COLOCADO EN EL SEPULCRO (Jn 19, 38-42)

Madre de amor eterno, por la soledad en que quedaste al dejar el cuerpo de tu Hijo en el sepulcro, haz que siempre los tenga a Jesús y a ti por compañía, que no me olvide de que estamos de paso en este mundo y que comprenda que al morir resucitaré en la Vida Eterna. Este dolor sea la causa de la esperanza en mi vida, donde sea consciente de que la muerte no tiene la última palabra, sino que la tiene Dios en la Resurrección.

La sepultura es la consecuencia de la muerte, es el final, María queda como garante del grupo de los Apóstoles manteniendo la Esperanza en su Palabra de que Resucitaría al tercer día. Así es también en nuestra vida, Ella nos une , nos consuela y nos mantiene en la Esperanza de la Resurrección.