Los Siete Dolores de María 2023

Texto: RVDO. José Cascant Ribelles (Consiliario de la Hermandad)

Música: Coral Polifónica Sagrada Familia de Gandia bajo la dirección de Telmo Gadea.

 

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. 

Amadísimos hermanos, vamos a hacer un recorrido histórico en la vida de María, lo que para ella representó la Vida con Jesús, totalmente entregada a la misión de su Hijo Redentor.

Cuando contemplamos los Siete Dolores de la Virgen, no son 7 momentos dolorosos, sino siete marcas en su corazón para hacerlo doliente. Toda esta historia comenzó con unas simples palabras: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra», fue el obsequio que María hizo a Dios en agradecimiento por haberla elegido. Justo ahí comenzaron los dolores de María y continuaron hasta que entregó el alma para la vida eterna. Toda una vida de dolor, toda una vida de amor.

 

ORACIÓN

Oh Dios, que concedes a tu Iglesia

imitar a la bienaventurada Virgen María

en la contemplación de la pasión de Cristo,

otórganos, por su intercesión,

que nos configuremos cada vez más con tu Hijo unigénito

y alcancemos la plenitud de su gracia.

Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

R∫. Amén.

V∫. Bendigamos al Señor.

R∫. Demos gracias a Dios.

 

1. DOLOR. LA PROFECÍA DE SIMEÓN. (Lc 2, 25-35) (Escuchar Dolor 1)

El Evangelio según San Lucas nos narra el primer dolor con estas palabras:

“Cuando se cumplieron los días de su purificación, según la ley de Moisés, [los padres de Jesús] lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor.

Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él.

Simeón los bendijo y dijo a María, su madre:

Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones”. (Lc 2, 22, 25-27, 33-34)

 

Reflexión

Si hubiera sido una espada, la muerte hubiera resuelto todo y, por su obediencia, María sería una mártir por una generosidad con Dios. Pero el estilo de María no era hacer un favor, sino darse con toda el alma. Por eso lo que atraviesa en María no es el cuerpo sino el alma, para que sienta de modo permanente el dolor.

Aprended vosotros, hermanos cristianos y devotos de la Dolorosa, a dar y no restar, a darse y sumar, Dios puede tomar tu generosidad como en María, pero también te recompensa como a María. Ella es ahora la Reina del cielo y la tierra porque se dio a sí misma. Desterremos de nuestra vida el egoísmo y sirvamos generosamente a quien nos necesite.

Oremos por la paz entre Ucrania y Rusia: Dios te salve, María… y Gloria al Padre…

 

Oración

Dios de misericordia, concédenos, a cuantos recordamos a la santa Madre de Dios, para que, con el auxilio de su intercesión, nos levantemos de nuestros pecados. Por nuestro Señor Jesucristo.

R∫. Amén.

 

2. DOLOR. LA HUÍDA A EGIPTO. (Mt 2, 13-15) (Escuchar Dolor 2)

Cuenta el Evangelio según san Mateo:

“Cuando [los Magos] se retiraron, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo”. (Mt 2, 13)

 

Reflexión

María, con el Niño Jesús en su regazo y acompañada de José, es ahora inmigrante. No sufre este dolor por las incomodidades de salir de su patria, de su tierra, de entre los suyos, lo sufre porque es por odio a Jesús, el Hijo de Dios. Un corazón como el de María no soporta el desprecio a Dios y tiene que vivirlo tan de cerca que quizá piense que no podrá soportarlo. Para María, Dios es primero en todo, es dolorosa cuando se desprecia a Dios, cuando se le desconoce y cuando se le combate.

Hermanos, acompañemos a la Madre Dolorosa no solo con nuestros sufrimientos y males sino con el amor de nuestro corazón.

Oremos por los más pobres, los más necesitados, los olvidados del mundo y los perseguidos por cualquier causa: Dios te salve, María… y Gloria al Padre…

 

Oración

Concédenos, Señor, a cuantos honramos la gloriosa memoria de la santísima Virgen María,

por su intercesión, participar como ella de la plenitud de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo.

R∫. Amén.

 

3. DOLOR. EL NIÑO PERDIDO EN EL TEMPLO. (Lc 2, 41-50) (Escuchar Dolor 3)

Escuchad atentamente este desconcertante encuentro de Jesús con su Madre:

“Cuando [Jesús] cumplió doce años, [él y sus padres] subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo. Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron lo que les dijo”. (Lc 2, 41-43)

 

Reflexión

Hoy nos hará bien detenernos un poco y pensar en el dolor y las penas de Nuestra Señora. Ella es nuestra Madre y un buen hijo sufre cuando ve sufrir a su madre. ¿Cómo ha llevado la Virgen su dolor? No ha ido por ahí quejándose para que los demás se apiaden y se compadezcan. Ha llevado su vida con entereza y cuando ha de hablar de sus penas lo hace a Dios. Su Hijo es Dios y va a descansar su alma en Él. 

Está con José y él participa del dolor de María, pero no le exige ni que se calme ni que tenga paciencia. Sabe dos cosas muy bien: que el Niño es del cielo y que la Madre es paciente silenciosa, así es la Madre Dolorosa, la que sufre y acude a Dios. Luego guarda las cosas en su corazón, para pensarlas, para orar, para vivir según Dios.

Oremos por todas las personas que se dedican a cuidar y acompañar a los demás: Dios te salve, María… y Gloria al Padre…

 

Oración

Perdona, Señor, los pecados de tus siervos y, ya que no podemos complacerte con nuestras obras, concédenos la salvación por intercesión de la Madre de tu Hijo, nuestro Señor.

Él, que vive y reina contigo.

R∫. Amén.

 

 

4. DOLOR. MARÍA SE ENCUENTRA CON JESÚS CAMINO AL CALVARIO. (IV ESTACIÓN DEL VIA CRUCIS) (Escuchar Dolor 4)

Los dolores de María van creciendo en intensidad, en este cuarto dolor la encontramos en su primer encuentro con su Hijo condenado a muerte:

“Tomaron a Jesús, y, cargando él mismo con la cruz, salió al sitio llamado «de la Calavera» (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús. Y Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: «Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos». Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron a Jesús, y estaba escrito en hebreo, latín y griego. Entonces los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: «No escribas “El rey de los judíos”, sino: Este ha dicho: Soy el rey de los judíos»”. (Jn 19, 17)

 

Reflexión

María sabía que su Hijo era el Mesías. Se habían dicho muchas cosas confusas a lo largo de los siglos sobre el Mesías. Finalmente Ella tenía la certeza de que había llegado en su Hijo Jesús. El hacía milagros, curaciones, perdonaba a los pecadores, daba esperanza a los desesperados, abrazaba a los niños como dueños del reino de los cielos… María había visto tantas cosas buenas en su Hijo que jamás podía imaginar que lo trataran tan mal, que lo condenaran, que lo condujeron a la muerte. Sentía la Madre necesidad de estar acompañando a su hijo en su dolor, en el dolor que ambos compartían por nuestra salvación.

Lo encontró camino del Calvario y con la cruz a cuestas. A María empezó a pesarle el mundo como una carga onerosa, pero ahí estaba, dispuesta a vivir el dolor de su hijo. Es la Madre Dolorosa y no se lo puede ahorrar para sí. ¿Por qué no acompañar a nuestra Madre en su dolor y sufrir nuestras penas, males y dificultades junto a María? Con frecuencia compartir es aliviar, aliviarse con esperanza.

Oremos por nuestra patria, por nuestra ciudad de Gandia, por nuestras familias: Dios te salve, María… y Gloria al Padre…

 

Oración

Oh, Dios, que has elegido como Madre del Salvador a la bienaventurada Virgen María, excelsa entre los humildes y los pobres, concédenos que, siguiendo su ejemplo, te ofrezcamos el obsequio de una fe sincera y pongamos en ti la esperanza de la plena salvación. Por nuestro Señor Jesucristo. 

R∫. Amén.

 

5. DOLOR. JESÚS MUERE EN LA CRUZ. (Jn 19, 17-30) (Escuchar Dolor 5)

“Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio. Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dijo: «Tengo sed».

Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: «Está cumplido». E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu”. (Jn 19 25, 27)

 

Reflexión

El proceso natural de nuestra vida es que los hijos sucedan a sus padres en la vida y en la muerte, pero a veces hay circunstancias que alteran este proceso natural, accidentes, graves enfermedades, guerras, odios, venganzas, etc., que no tienen cabida en nuestra mente, pero se dan. Las que más sufren son las madres. Quien da la vida humana a un hijo no gusta de ver cómo se pierde. Una de estas mujeres fue María, la Madre Dolorosa. Ella ve a Cristo condenado en un juicio inicuo de los jefes religiosos del pueblo —Anás, Caifás y demás miembros del Sanedrín—luego ve la confirmación de la condena con un decreto por parte de un hombre cobarde —Poncio Pilato—, que teme a los jefes de los judíos. A continuación, es el Impero Romano quien oficialmente condena a Cristo a muerte de Cruz. Ahora sabemos que son nuestros pecados los que llevaron a la Cruz al Redentor. Podemos suplicar a la Virgen Madre Dolorosa el perdón para que nos alcance de Dios la remisión de nuestros pecados que son la causa de la Muerte de Cristo y, por ende, del Dolor de María.

Oremos por todos los que han perdido prematuramente a alguno de sus familiares, padres, hijos, hermanos: Dios te salve, María… y Gloria al Padre…

 

Oración

Te rogamos, Señor, que venga en nuestra ayuda la intercesión poderosa de santa María, siempre Virgen, para que, libres de todo peligro, podamos gozar de tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo.

R∫. Amén.

 

6. DOLOR. MARÍA RECIBE EL CUERPO DE JESÚS. (Mc 15, 42-46) (Escuchar Dolor 6)

“Al anochecer, como era el día de la Preparación, víspera del sábado, vino José de Arimatea, miembro noble del Sanedrín, que también aguardaba el reino de Dios; se presentó decidido ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se extrañó de que hubiera muerto ya; y, llamando al centurión, le preguntó si hacía mucho tiempo que había muerto. Informado por el centurión, concedió el cadáver a José. Este compró una sábana y, bajando a Jesús, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro, excavado en una roca, y rodó una piedra a la entrada del sepulcro”. (Mc 15, 42-43)

 

Reflexión

¿Por qué lo han puesto en los brazos de María? Unos creen que es mejor para la Madre, otros porque la Madre lo pidió y algunos porque lo abandonan y queda su Madre con el Hijo muerto en sus brazos. Ahí ve María el calibre de la Muerte de Cristo, son los desinteresados de Dios, los que no creen en Dios, los que no quisieran que hubiera Dios para ponerse en la cúspide. La esclava, la más humilde, la que se niega a sí misma, desde esa tribuna hecha con cualquier piedra que hay allí para sentarse Ella mira dolorosa a su Hijo y nos mira compasiva a todos nosotros. Acaba de recibir el último título que Cristo le ha dado: Ahí tienes a tu hijo. A nosotros, a los que estamos aquí ahora y a todos los pecadores nos mira la Madre Dolorosa con amor de Madre, con compasión por nuestros pecados y alentando para que nos determinemos a vivir por quien dio su vida por nosotros.

Oremos por todos los Cofrades de las Hermandades de Gandia: Dios te salve, María… y Gloria al Padre…

 

Oración

Oh, Dios, que te has dignado elegir para morada de tu Verbo el seno virginal de santa María,

concédenos, defendidos por su protección, participar en su memoria llenos de alegría. Por nuestro Señor Jesucristo.

R∫. Amén.

 

7. DOLOR. JESÚS ES COLOCADO EN EL SEPULCRO. (Jn 19, 38-42) (Escuchar Dolor 7)

“José de Arimatea, que era discípulo de Jesús aunque oculto por miedo a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras de una mixtura de mirra y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en los lienzos con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús”. (Mt 27, 59-60).

 

Reflexión

“Todo está cumplido”, ha dicho Jesús antes de agonizar. Jesús se ha ido al reino de los muertos. Descendió a los infiernos, a las profundidades de la eternidad, a la oscuridad donde estaban apresadas las almas de los justos esperando que se les abrieron las puertas para llegar al reino de los cielos. Nadie mejor que ellos saben el dolor de la Madre, pero a la vez sienten que ese dolor se convierte en Esperanza. Porque la Madre Dolorosa no es una perdedora, porque tiene fe, confía en Dios y ama a Dios. La Madre Dolorosa es Madre de la Esperanza y es alegría y abogada nuestra. En la Madre Dolorosa tenemos nuestro apoyo. No ha sufrido en vano, sino por ti y por mí y por todos. No ha sido un dolor que atraviesa su alma de modo estéril, es un dolor productivo para tu esperanza, tu alegría y tu eterna felicidad.

Oremos por los Cofrades de nuestra Hermandad de la Dolorosa, que seamos todos de verdad hermanos: Dios te salve, María… y Gloria al Padre…

 

Oración

Dios todopoderoso, concede a tus fieles, alegres bajo la protección de la santísima Virgen María, verse libres, por su intercesión, de los males de este mundo y alcanzar los gozos eternos del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.

R∫. Amén.

 

ORACIÓN CONCLUSIVA

(Sacerdote)

Por la persona e intenciones del Santo Padre, el Papa Francisco.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 

ORACIÓN FINAL

Oh, Dios, junto a tu Hijo elevado en la cruz

quisiste que estuviese la Madre Dolorosa;

concede a tu Iglesia, que, asociándose con María a la pasión de Cristo, merezca participar en su resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

R∫. Amén.

 

Oh, Dios, tú quisiste que naciera del seno de una Virgen el Verbo engendrado por ti desde la eternidad; concédenos, por intercesión de santa María, que ilumine nuestras tinieblas con el resplandor de su presencia y que, de su plenitud, recibamos la alegría y la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

R∫. Amén.

V∫. Bendigamos al Señor.

R∫. Demos gracias a Dios.