Los 7 Dolores de María 2020

Texto: RVDO. José Cascant Ribelles (Consiliario de la Hermandad)

Música: Coral Polifónica Sagrada Familia de Gandia bajo la dirección de Telmo Gadea

 

¡Virgen de vírgenes santas!,

llore ya con ansias tantas,

que el llanto dulce me sea;

porque su pasión y muerte

tenga en mi alma, de suerte

que siempre sus penas vea.

 

INVITACIÓN A MEDITAR

Hoy, en esta noche de contemplación del misterio de María Dolorosa, iniciamos con aquellas palabras que dijo Jesús a sus discípulos: «Dejad que los niños se acerquen a mí, porque de ellos es el reino de los cielos», de este modo Jesús ensalzó a los más pequeños, a los humildes y sencillos, a los pobres. Cada niña, cada niño es un tesoro en nuestra sociedad

Acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él». Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos. (Mc 10, 13-16)

Las niñas y los niños de la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores son tan importantes como necesarios en esta devoción mariana y sobre todo cuando celebramos la Pasión de Cristo. Ellos son objeto de nuestra contemplación junto a la Madre Dolorosa, por aquellos lugares y circunstancias de pecado en las que como a María, muchas espadas atraviesan su alma con traiciones y desprecios, muchas veces sufren persecución, agresión y destierro, niños que se pierden y nadie se interesa por ellos, niños que cargan, cual la cruz de Cristo con actividades y labores impropias de su edad, que son crucificados y abandonados a la muerte, o son escarnecidos incluso después de muertos, como burla, sin tener unos brazos que amaran sus cadáveres, porque se les niega incluso la sepultura. En algunas zonas, son las niñas las que más sufren y padecen los desprecios. Nuestra oración sea por ellos para que Cristo crucificado y su Madre Dolorosa sean sus abogados y valedores.

 

ORACIÓN

Te pedimos, Señor, por la gloriosa intercesión de tu Madre Dolorosa, que muestres tu ternura y tu misericordia a todos los niños abandonados que caminan por las calles, sin cariño, sin cuidados y sin protección; muchos niños que carecen de pan, de vestido y de amor. Protégelos, Señor, y, por los dolores de tu santísima Madre, haz que sientan que Dios es Padre para ellos, que encuentren personas generosas que los acojan y les ofrezcan lo necesario para que vivan su dignidad de hijos de Dios. Te rogamos por todos las niñas y los niños abandonados, bendícelos y acompáñalos en su soledad, Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

R∫. Amén.

 

 

1. DOLOR. LA PROFECÍA DE SIMEÓN. (Lc 2, 25-35) (Escuchar Dolor 1)

El Evangelio según San Lucas nos narra el primer dolor con estas palabras:

“Cuando se cumplieron los días de su purificación, según la ley de Moisés, [los padres de Jesús] lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor.

Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él.

Simeón los bendijo y dijo a María, su madre:

Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones”. (Lc 2, 22, 25-27, 33-34)

 

Reflexión

Señor Jesucristo, sabemos que hay muchas niñas y niños que son víctimas de la maldad de otras personas, mediante secuestros, abusos, maltratos, inadecuada formación humana e intelectual y moral.

Por el dolor tan fiero y amargo que sufrió tu Madre y Madre nuestra, la Virgen Dolorosa, queremos pedirte que protejas a esos niños que, siendo inocentes y débiles, sufren muchos males y daños sin poder tener lo necesario para vivir con dignidad. Para ellos es como una espada fiera que atraviesa sus almas impidiéndoles su libertad y el desarrollo de sus personas a fin de obtener una vida justa y adecuada.

 

Oración

Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo manifiestas tu gloria a todas las naciones, Tú te cuidaste de dar a tu Hijo en este mundo nuestro una familia que lo buscara cuando desaparecía de su presencia, te pedimos por los niños que se pierden a causa del abandono de sus padres y siguen las sendas del mal, a fin de que regresen por obra de tu amor al bien y confiesen el amor de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R∫. Amén.

 

2. DOLOR. LA HUÍDA A EGIPTO. (Mt 2, 13-15) (Escuchar Dolor 2)

Cuenta el Evangelio según san Mateo:

“Cuando [los Magos] se retiraron, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo”. (Mt 2, 13)

 

Reflexión

Cada año vivimos la fiesta de los Reyes Magos y recibimos juguetes, cosas necesarias o caprichos, pero recibimos aquello que es nuestra ilusión. En el mundo hay niños que no tienen ni pan para comer, ni una sopa, ni algo que echarse a la boca. Unos mueren de inanición por el desinterés de los poderosos del mundo, como les ocurrió a los niños de Belén que murieron por la envidia de Herodes.

Cuando se niega a Dios, al mismo tiempo se niega la dignidad de las personas y lo pagan los más inocentes, los niños indefensos. Hay niños que huyen de las guerras y emigran a países para ellos desconocidos, con costumbres diferentes y sufren un desgarro en su alma separados de su familia. Madre Dolorosa, Madre de todos los niños inocentes, pide por nosotros a Dios que no haya en el mundo más niños abandonados por sus familias, ni emigrantes en tierras extrañas o enemigas. Que cesen los egoísmos que conducen a los niños al desamparo y al sufrimiento.

 

Oración

Oh, Dios, en cuyo ordenamiento tiene la familia su sólida base, atiende compasivo las súplicas de tus siervos, y haz que, siguiendo los ejemplos de la Sagrada Familia de tu Unigénito en las virtudes domésticas y en la práctica del amor, lleguemos a gozar de los premios eternos en el hogar del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.

R∫. Amén.

 

3. DOLOR. EL NIÑO PERDIDO EN EL TEMPLO. (Lc 2, 41-50) (Escuchar Dolor 3)

Escuchad atentamente este desconcertante encuentro de Jesús con su Madre:

“Cuando [Jesús] cumplió doce años, [él y sus padres] subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo. Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron lo que les dijo”. (Lc 2, 41-43)

 

Reflexión

Ahora queremos pedirte, Madre nuestra de los Dolores, que ayudes a las familias para que cuiden de sus hijos y les den el sentido cristiano de sus vidas. Tú, acompañada de José, llevaste a tu Hijo Jesús al templo para que aprendiera en lo humano a amar a su Padre del cielo. Tan bien lo hiciste, Madre, que a Jesús Niño le gustó y se quedó para aprender de los Maestros de Jerusalén. Cuanto bien hacen los padres que enseñan a sus hijos a a rezar, a amar a Dios y a cumplir sus mandamientos. Damos gracias a Dios por nuestros padres que nos enseñan a vivir la fe. Te pedimos por los niños que nadie les enseña nada de Dios y viven como si Dios no existiera. Tómalos también como hijos tuyos y tú, la llena de gracia, consígueles el regalo de buscar, conocer y amar a Dios, su Padre.

 

Oración

Oh, Dios, que con inescrutable providencia has querido que la Iglesia esté asociada a la pasión de tu Hijo, por la intercesión de la Madre de tu Hijo, concede a tus fieles que sufren persecución por tu nombre, espíritu de paciencia y caridad, para que sean reconocidos como testigos fieles y veraces de tus promesas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R∫. Amén.

 

4. DOLOR. MARÍA SE ENCUENTRA CON JESÚS CAMINO AL CALVARIO. (IV ESTACIÓN DEL VIA CRUCIS) (Escuchar Dolor 4)

Los dolores de María van creciendo en intensidad, en este cuarto dolor la encontramos en su primer encuentro con su Hijo condenado a muerte:

“Tomaron a Jesús, y, cargando él mismo con la cruz, salió al sitio llamado «de la Calavera» (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús. Y Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: «Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos». Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron a Jesús, y estaba escrito en hebreo, latín y griego. Entonces los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: «No escribas “El rey de los judíos”, sino: Este ha dicho: Soy el rey de los judíos»”. (Jn 19, 17)

 

Reflexión

Qué mal nos sentimos, Madre nuestra de los Dolores, cuando escuchamos que condenaron a muerte a Jesús que fue tan bueno con todos y con los niños que bendecía y abrazaba con tanta compasión por sus sufrimientos. ¡Cuánto dolor sentirías al conocer la sentencia, habiendo sido para ti tan obediente y tan buen Hijo! Nosotros queremos a Jesús y también nos da compasión verle ir a la muerte cargado con su Cruz. También vemos a Jesús en los niños que son perseguidos, que sufren la guerra, el odio y el rencor. ¿No entienden que somos niños y aún no hemos estropeado el mundo? Que dejen vivir a los niños que están por nacer, que no los lleven por el camino del mal. Eso te pedimos a ti, Madre, y a tu Hijo, Jesús.

 

Oración

Dios todopoderoso y eterno, salvación eterna de cuantos que creen en ti, escucha las oraciones que te dirigimos por tus siervos enfermos, para quienes imploramos el auxilio de tu misericordia, recuperen su salud, y, con la ayuda maternal de santa María, puedan ofrecer la acción de gracias en tu Iglesia.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

R∫. Amén.

 

5. DOLOR. JESÚS MUERE EN LA CRUZ. (Jn 19, 17-30) (Escuchar Dolor 5)

“Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio. Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dijo: «Tengo sed».

Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: «Está cumplido». E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu”. (Jn 19 25, 27)

 

Reflexión

Acabamos de escuchar la bondad de Jesús contigo, Madre de los Dolores, que no ha querido dejarte abandonada. Él te ha dicho: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». (Jn 19, 26b)

Eso se ha convertido en un bien para nosotros, porque te ha dado un corazón grande, muy grande, para amarnos, nosotros los niños y las niñas que te conocemos como nuestra Madre, lo sabemos y tenemos la seguridad de que nos cuidarás. Atiende también las palabras que nos dice a nosotros: «Ahí tienes a tu madre». (Jn 19, 27a)

Son palabras para que te acuerdes de todos los niños, porque hay muchos que aún no te conocen. Haz que Dios les envíe misioneros para que lo aprendan y te amen, dales defensores para que los lleven por el buen camino y se encuentren un día contigo en el cielo, donde también esperamos llegar nosotros.

 

Oración

Dios todopoderoso y eterno, por los dolores de la Virgen María, a quien hemos recibido como Madre nuestra, te imploramos que concedas a quienes no creen en Cristo encontrar la verdad al caminar en tu presencia con sincero corazón, y a nosotros, deseosos de ahondar en el misterio de la vida, ser ante el mundo testigos más convincentes de tu amor y crecer en la caridad fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R∫. Amén.

 

6. DOLOR. MARÍA RECIBE EL CUERPO DE JESÚS. (Mc 15, 42-46) (Escuchar Dolor 6)

“Al anochecer, como era el día de la Preparación, víspera del sábado, vino José de Arimatea, miembro noble del Sanedrín, que también aguardaba el reino de Dios; se presentó decidido ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se extrañó de que hubiera muerto ya; y, llamando al centurión, le preguntó si hacía mucho tiempo que había muerto. Informado por el centurión, concedió el cadáver a José. Este compró una sábana y, bajando a Jesús, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro, excavado en una roca, y rodó una piedra a la entrada del sepulcro”. (Mc 15, 42-43)

 

Reflexión

Oh, Jesús, cuánto dolor te han provocado nuestras desobediencias, rabietas, enfados, malos comportamientos con nuestros compañeros y compañeras de clase, nuestras peleas e insultos hacia nuestros amigos, nuestra pereza, todas nuestras debilidades y pocas ganar de amarte. Sabemos que ese dolor se lo provocamos también al corazón de nuestra Madre Dolorosa. A ti, Jesús nuestro y a tu Madre piadosa que te recibe en sus brazos con tanto dolor y desconsuelo, queremos pedir perdón, os damos un beso para que sintáis alivio y pedimos perdón a todos los niños y niñas que alguna vez hemos ofendido. Sabemos que nos escucháis y nos lo vais a poner fácil.

 

Oración

Dios todopoderoso y eterno, en tu mano están los corazones de los hombres y los derechos de los pueblos, por la intercesión de la Madre Dolorosa, mira con bondad a los que gobiernan las naciones, para que, en todas partes mantengan, por tu misericordia, la prosperidad de los pueblos, la paz estable y la libertad religiosa. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R∫. Amén.

 

7. DOLOR. JESÚS ES COLOCADO EN EL SEPULCRO. (Jn 19, 38-42) (Escuchar Dolor 7)

“José de Arimatea, que era discípulo de Jesús aunque oculto por miedo a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras de una mixtura de mirra y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en los lienzos con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús”. (Mt 27, 59-60).

 

Reflexión

Madre de los Dolores, vemos tus lágrimas con nuestros ojos piadosos y de creyentes. Tu Hijo, nuestro Señor, ha sido puesto en el sepulcro y pensamos que no lo volveremos a ver. Tu corazón, Madre nuestra de los Dolores, nos dice que tengamos esperanza, porque Él volverá a darnos luz, vida y alegría. Después de nuestra vida, que queremos aprovechar bien como a ti te gusta, nos vamos a hacer mejores hijos, más obedientes, mejores estudiantes y trataremos a los demás niños como a Jesús le gusta, porque él supo hacerlo.

 

Oración

Jesús, escucha la voz de estos niños, son la voz de la Iglesia que te hace presente en medio del mundo. Concédenos por tu muerte y resurrección el saberte hacer presente en este mundo que anda en tinieblas como un sepulcro, para que esperen el día de luz y resurrección. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

R∫. Amén.

 

Oración conclusiva

Hazme contigo llorar y de veras lastimar de sus penas mientras vivo; porque acompañar deseo en la cruz, donde le veo, tu corazón compasivo.

Haz que me ampare la muerte de Cristo, cuando en tan fuerte trance vida y alma estén; porque, cuando quede en calma el cuerpo, vaya mi alma a su eterna gloria. Amén.

 

(Secuencia de la Misa de la bienaventurada Virgen de los Dolores, estrofas 9 y 10)

Por la persona e intenciones del Santo Padre, el Papa Francisco.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 

Oración final

JESÚS, hoy te queremos pedir por todos los niños del mundo.

— Por los niños que viven solos, y por los que tienen la alegría de tener una familia. Por amor a tu Madre Dolorosa, protégelos, Señor.

— Por los chicos enfermos y por los que gozan de buena salud. Por amor a tu Madre Dolorosa, protégelos, Señor.

— Por los niños que no pueden estudiar y por los que pueden ir a la escuela. Por amor a tu Madre Dolorosa, protégelos, Señor.

— Que llegue el día en el que todos los niños tengan las mismas posibilidades de ser felices y de ser queridos. Por amor a tu Madre Dolorosa, protégelos, Señor.

— Que un día todos puedan crecer en libertad, en el amor de una familia, sin sufrimientos injustos y sabiendo que Tú nos quieres mucho y de verdad. Por amor a tu Madre Dolorosa, protégelos, Señor.

Escucha, Jesús, estas peticiones y que muchas madres se consuelen en la Madre Dolorosa y dejen de llorar por ver sufrir o morir a sus hijos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

R∫. Amén.