Los 7 Dolores de María 2021

Texto: RVDO. José Cascant Ribelles (Consiliario de la Hermandad)

Música: Coral Polifónica Sagrada Familia de Gandia bajo la dirección de Telmo Gadea.

 

 

DOLOROSA, DE PIE JUNTO A LA CRUZ,
TÚ CONOCES NUESTRAS PENAS,
PENAS DE UN PUEBLO QUE SUFRE.
Dolor de los cuerpos que sufren enfermos,
El hambre de gentes que no tienen pan,
Silencio de aquellos que callan por miedo,
La pena del triste que está en soledad.

 

LECTURA BÍBLICA

Del Evangelio según San Mateo.

“Al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: «Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho». Le contestó: «Voy yo a curarlo». Pero el centurión le replicó: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: “Ve”, y va; al otro: “Ven”, y viene; a mi criado: “Haz esto”, y lo hace». Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían: «En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; en cambio, a los hijos del reino los echarán fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes». Y dijo Jesús al centurión: «Vete; que te suceda según has creído». Y en aquel momento se puso bueno el criado.”(Mt 8, 5-13)

 

Plegaria

Hoy, Madre Dolorosa, unimos a tus dolores, también nuestros penas y angustias sufridas. Jamás habíamos visto tantas muertes en hospitales, tantos enfermos en sus casas confinados, tantos cuerpos con deficiente o dificultosa respiración, tantas familias tristes y tantos desconsolados por no poder acompañar a sus padres, hijos o hermanos en los últimos momentos de su existencia en este mundo, tantas familias y poblaciones confinadas.

Empezamos, Virgen Dolorosa, esta oración en esta hora –de nuevo un año sin procesión con tu sagrada imagen–, pidiéndote a ti, Madre Dolorosa, por las personas que, tras sufrir el mal de esta pandemia que nos aqueja, han abandonado este mundo en medio de restricciones.

Contemplamos, Madre Dolorosa, tu misterio ante el dolor y te exponemos los nuestros, dolores de hijos que te aman. Sabemos que compartiéndolos con los tuyos hallaremos la comprensión y la ayuda que necesitamos del cielo.

 

Oración

Te pedimos, Señor, por la gloriosa intercesión de tu Madre Dolorosa, que muestres tu ternura y tu misericordia a todos los enfermos. Protégelos, Señor, y, por los dolores de tu santísima Madre, haz que sientan que Dios es Padre para ellos y hallen tu comprensión para alcanzar esperanza. Tú, Señor, como médico de nuestras almas, ayuda a los médicos y al personal sanitario para que tengan paciencia con sus pacientes y dales fortaleza en los momentos más difíciles. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

R∫. Amén.

 

 

1. DOLOR. LA PROFECÍA DE SIMEÓN. (Lc 2, 25-35) (Escuchar Dolor 1)

El Evangelio según San Lucas nos narra el primer dolor con estas palabras:

“Cuando se cumplieron los días de su purificación, según la ley de Moisés, [los padres de Jesús] lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor.

Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él.

Simeón los bendijo y dijo a María, su madre:

Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones”. (Lc 2, 22, 25-27, 33-34)

 

Reflexión

Madre del Redentor y Madre Dolorosa, acudimos a tu presencia en esta hora para que mires a tus hijos atribulados. Tenemos una espada clavada en nuestro ánimo y un temor a contraer el mal que nos envuelve. Sufrimos como tú, Madre y esperanza nuestra, lo que pueda venirnos en los futuros días. No apartes de nosotros tu maternal cuidado y ruega por nosotros a tu Hijo que todo lo puede, para que detenga esta pandemia que nos aflige.

 

Oración

Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo manifiestas tu gloria a todas las naciones, tú te cuidaste de dar a tu Hijo en este mundo nuestro una familia que lo buscara cuando desaparecía de su presencia y que le acompañara desde la cruz hasta el sepulcro donde esperó la Resurrección, te pedimos por las familias que pierden a uno de sus miembros tras una larga espera sin poder acompañarlos al final de su vida, para que los fortalezcas y puedan poner los medios necesarios para no perder la esperanza en la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R∫. Amén.

 

2. DOLOR. LA HUÍDA A EGIPTO. (Mt 2, 13-15) (Escuchar Dolor 2)

Cuenta el Evangelio según san Mateo:

“Cuando [los Magos] se retiraron, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo”. (Mt 2, 13)

 

Reflexión

Madre Dolorosa, reina al pie de la Cruz, que conoces el sufrimiento de la humanidad debido siempre al ineludible pecado original, ayuda a los jóvenes y ampáralos con tu maternal abrazo. Asegura en estos tiempos difíciles su esperanza, haz que no vean truncadas sus ilusiones profesionales con temores causados por la situación actual del mundo ni por la pandemia ni por las crisis económicas subsiguientes. Dales aliento para superar las consecuencias adversas y señorío de ánimo para seguir en la brecha luchando contra el mal de modo que favorezcan el bien y el progreso de la humanidad.

 

Oración

Oh, Dios, que amas a todos sin fijarte en su condición social o personal, atiende compasivo nuestras súplicas por los jóvenes; dales fortaleza, esperanza y deseos de vivir para que, colaborando contigo en la recreación del mundo, superen todo obstáculo que les impida luchar con fortaleza para la consecución del bien en favor propio y de sus semejantes. Dales espíritu de generosidad para que las malas experiencias no dominen su ánimo y se dediquen a servir a sus hermanos para la honra de tu Nombre. Por nuestro Señor Jesucristo.

R∫. Amén.

 

3. DOLOR. EL NIÑO PERDIDO EN EL TEMPLO. (Lc 2, 41-50) (Escuchar Dolor 3)

Escuchad atentamente este desconcertante encuentro de Jesús con su Madre:

“Cuando [Jesús] cumplió doce años, [él y sus padres] subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo. Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron lo que les dijo”. (Lc 2, 41-43)

 

Reflexión

Madre nuestra de los Dolores, te pedimos que ayudes a las familias, aquellas que se ven truncadas por la falta de uno de ellos, unos han enfermado por el coronavirus, un cáncer u otro mal, algunas familias han sufrido y sufren la separación de los suyos, sin culpa propia sino obligadas por las circunstancias adversas, otras sufren guerras, violencias injustas y persecuciones. Míralos, Madre, y por el dolor que sufriste al perder a Jesús, dales aliento para que los encuentren como tú, con vida y deseos de vivir y trabajar por el bien de todos. Haz también que un día nos encontremos todos juntos, amparados por ti en el reino de tu Hijo.

 

Oración

Oh, Dios, que quisiste asociar a la Iglesia a la pasión de tu Hijo, por la intercesión de su santa Madre, concede a tus fieles que sufren las consecuencias del pecado original, espíritu de paciencia y caridad, para que sean reconocidos como testigos fieles y veraces de tus promesas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R∫. Amén.

 

4. DOLOR. MARÍA SE ENCUENTRA CON JESÚS CAMINO AL CALVARIO. (IV ESTACIÓN DEL VIA CRUCIS) (Escuchar Dolor 4)

Los dolores de María van creciendo en intensidad, en este cuarto dolor la encontramos en su primer encuentro con su Hijo condenado a muerte:

“Tomaron a Jesús, y, cargando él mismo con la cruz, salió al sitio llamado «de la Calavera» (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús. Y Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: «Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos». Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron a Jesús, y estaba escrito en hebreo, latín y griego. Entonces los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: «No escribas “El rey de los judíos”, sino: Este ha dicho: Soy el rey de los judíos»”. (Jn 19, 17)

 

Reflexión

Cuanto dolor tuviste que sufrir, Madre nuestra de los Dolores, cuando escuchaste que condenaron a muerte a tu Hijo Jesús que, habiendo sido tan bueno sanando enfermos de diversos males, comprendiendo a todos los que tenían congojas y penas…

Acercándose a los enfermos más graves como los leprosos, a todos escuchó, por todos se preocupó, a todos amó. Participaste, Madre, en su Redención en favor nuestro, haz que alivie los males de todos los que sufren, haz que nosotros, que sabes de nuestro amor por ti, vivamos nuestras penas sabiendo que son redentoras cuando sabemos ponerlas a los pies de la Cruz. Así lo aprendimos de ti y así queremos hacerlo para vivir la misma esperanza con la que tú viviste.

 

Oración

Dios todopoderoso y eterno, salvación de cuantos creen en ti, escucha las oraciones que te dirigimos por tus siervos enfermos, para quienes imploramos el auxilio de tu misericordia recuperen su salud, y, con la ayuda maternal de santa María, puedan ofrecer la acción de gracias en tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R∫. Amén.

 

5. DOLOR. JESÚS MUERE EN LA CRUZ. (Jn 19, 17-30) (Escuchar Dolor 5)

“Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio. Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dijo: «Tengo sed».

Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: «Está cumplido». E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu”. (Jn 19 25, 27)

 

Reflexión

¡Qué suerte tuvimos, Madre, con tu amorosa valentía! Por el gran amor que tenías a tu Divino Hijo, lo seguiste, lo seguiste hasta el pie de la Cruz para darle fuerzas.

Jesús, que no olvida los detalles de amor, se acordó de ti y, para que no quedaras en total soledad en este mundo, te dio un hijo en el discípulo Juan y con él a todos nosotros.

Los que creemos y te conocemos, bien lo sabemos que es así. ¡Cuánto gozarían de tu amor y consuelo los que no te conocen!

Consigue de Dios la fe en tu Hijo a aquellos que no la tienen, a los que habiéndola recibido, no se conservaron en ella, fortalece la fe y la esperanza de nosotros y de todos los creyentes, para que, cuando nos sobrevengan los males de este mundo, podamos resistirlos como participando en la Cruz de nuestro Jesús.

 

Oración

Dios todopoderoso y eterno, por los dolores de la Virgen María, a quien hemos recibido como Madre nuestra estando tu Hijo clavado en la cruz, te imploramos que concedas el don de la fe a los no creyentes, fortalezcas a los creyentes que la abandonaron o la tienen olvidada y aumentes nuestra fe y esperanza para poder participar en estos tiempos difíciles de la redención de nuestro Salvador; a los niños que no creen en Cristo te pedimos que puedan encontrar un día la verdad al caminar en tu presencia con sincero corazón, y a nosotros, deseosos de ahondar en el misterio de la vida, ser ante el mundo testigos más convincentes de tu amor y crecer en la caridad fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R∫. Amén.

 

6. DOLOR. MARÍA RECIBE EL CUERPO DE JESÚS. (Mc 15, 42-46) (Escuchar Dolor 6)

“Al anochecer, como era el día de la Preparación, víspera del sábado, vino José de Arimatea, miembro noble del Sanedrín, que también aguardaba el reino de Dios; se presentó decidido ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se extrañó de que hubiera muerto ya; y, llamando al centurión, le preguntó si hacía mucho tiempo que había muerto. Informado por el centurión, concedió el cadáver a José. Este compró una sábana y, bajando a Jesús, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro, excavado en una roca, y rodó una piedra a la entrada del sepulcro”. (Mc 15, 42-43)

 

Reflexión

¡Con qué amor te vemos abrazando a Jesús yerto! Lo han bajado de la cruz para que siga actuando pero a nosotros nos cuesta mucho creer que hay esperanza más allá de la muerte y alegría tras la pasión.

Tú nos enseñas que aún es posible abrazar a Jesús.

Vela por aquellos que no pudieron abrazar a sus hijos cuando estaban en los últimos días de su enfermedad. Vela y ayuda a aquellas esposas que perdieron a sus esposos, a los esposos que perdieron a sus esposas, a los hijos que no pudieron abrazar a sus padres, a los amigos que los perdieron como se pierden las cosas…

Ayúdanos a ver que los que han sufrido en esta pandemia necesitan de nuestra ayuda para que recobren la alegría.

Nosotros, como tú, Madre Dolorosa y coRedentora, queremos ser luz de Cristo ante las personas que sufren.

 

Oración

Dios todopoderoso y eterno, en tu mano están los corazones de los hombres y los derechos de los pueblos, por la intercesión de la Madre Dolorosa, mira con bondad a los que nos gobiernan las naciones, para que, en todas partes se mantengan, por tu misericordia, la prosperidad de los pueblos, la paz estable y la libertad religiosa. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R∫. Amén.

 

7. DOLOR. JESÚS ES COLOCADO EN EL SEPULCRO. (Jn 19, 38-42) (Escuchar Dolor 7)

“José de Arimatea, que era discípulo de Jesús aunque oculto por miedo a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras de una mixtura de mirra y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en los lienzos con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús”. (Mt 27, 59-60).

 

Reflexión

Madre de los Dolores, conocemos la pena de tu corazón, tal como la señaló el anciano Simeón en Jerusalén.

Pero también conocemos tu fortaleza y confianza en Dios. Te declaraste esclava del Señor y has tenido porte de Señora. Eres nuestro orgullo, nuestra alegría y nuestra esperanza. Queremos —te lo pedimos con atrevimiento filial—, que seas abogada de todos los enfermos en su padecer, pero de modo peculiar por aquellos que murieron sin recibir los santos sacramentos en estos días, días de dolor para muchos familias debido a la pandemia.

Todos los difuntos, sean quienes sean, merecen nuestro respeto. Nosotros queremos que no te olvides de ellos, que con esos tus ojos misericordiosos alcances de tu Hijo, nuestro Señor, y de su infinita misericordia, el perdón y la reconciliación de todos los difuntos para que gocen la gloriosa presencia de Dios. Así sabremos también que la Redención obrada por tu Hijo no ha sido en vano y alcanza, por nuestra súplica a muchos.

 

Oración

Oh Dios, que concedes el perdón de los pecados y quieres la salvación de los hombres, invocamos tu clemencia, por intercesión de santa María, la Virgen, y de todos los santos, para que concedas a todos los difuntos que han salido ya de este mundo, llegar a la asamblea de la eterna bienaventuranza. Por nuestro Señor Jesucristo.

R∫. Amén.

 

Oración conclusiva

Sálvame, Virgen María,

óyeme, te imploro con fe,

mi corazón en ti confía,

Virgen María, sálvame,

Virgen María, sálvame, sálvame.

Acuérdate de la hora,

en que te nombró Jesús

mi Madre y mi protectora

desde el árbol de la Cruz.

Acuérdate que vine un día

al altar lleno de amor

y te escogí por Madre mía,

Madre de mi Salvador.

 

Por la persona e intenciones del Santo Padre, el Papa Francisco. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 

Oración final

Jesús, hoy te queremos pedir, poniendo a tu Madre Dolorosa como intercesora, por todos los enfermos del mundo, para que les concedas la alegría de la salud de alma y cuerpo.

Por los niños que han perdido a sus padres o a uno de ellos en esta pandemia, para que la maternidad de la Virgen María aminore su dolor y les anime a rehacer su vida.

Por amor a tu Madre Dolorosa, protégelos, Señor.

Por los jóvenes enfermos que han sufrido los males propios que conlleva el COVID-19, para que por los dolores de la Virgen sean ayudados a reemprender su vida con una esperanza renovada.

Por amor a tu Madre Dolorosa, protégelos, Señor.

Por todos aquellos que han sufrido la enfermedad y sufren secuelas, para que la ciencia médica descubra el modo de hacer que desaparezca todo vestigio del mal sufrido.

Por amor a tu Madre Dolorosa, protégelos, Señor.

Por todas las familias que han perdido a uno de sus miembros por el mal de la pandemia, que nos sorprende y altera la situación de nuestros hogares, para que por los dolores de la Virgen María descubran la esperanza puesta en Dios.

Por amor a tu Madre Dolorosa, protégelos, Señor.

Por todas las personas que han muerto a causa de esta pandemia y por todos nuestros difuntos, para que por la gracia divina de la Madre Dolorosa consigan obtener de Dios la gracia de la vida eterna en su compañía.

Por amor a tu Madre Dolorosa, protégelos, Señor.

Atiende, Señor, nuestras súplicas y concede la alegría de la esperanza a los padres que perdieron alguno de sus hijos, la serenidad espiritual de los hijos que perdieron a alguno de sus padres o hermanos, la fortaleza de la fe a los que perdieron a alguien de su entorno, amistad, trabajo o compañerismo, para que se sientan consolados por la Madre Dolorosa y dejen de llorar por la pena que les acongoja. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

R∫. Amén.