Misericordiosos como el padre

 

Texto: Miguel Fons García (Consiliario de la Hermandad)

Vamos a iniciar la Cuaresma, que nos prepara para la Gran Semana Santa y sobre todo a la celebración de la Pascua del Señor Jesús.

Este año en el contexto del Año Santo Extraordinario de la Misericordia, convocado por el Papa Francisco, para poner en el centro de la vida de la Iglesia la Misericordia.

En este Año Santo estamos invitados a: Experiencia y el Testimonio.

Tener experiencia de la Misericordia de Dios que se ha manifestado en su Hijo Jesucristo, es “gustad y ved, que bueno es el Señor” Sentirnos amados y perdonados por Dios, sólo desde la experiencia de ese amor y de su Misericordia con nosotros podremos ser Testigos, con nuestra vida y nuestras obras, especialmente acercándonos a las periferias existenciales que el mundo moderno crea en la cultura del descarte.

Para concretar, el Papa nos pide vivir las obras de Misericordia, tanto las corporales como las espirituales: ahí tenemos unas referencias concretas para vivir el espíritu de este Año Santo.

 

Obras de Misericordia Corporales:

– Dar de comer al hambriento

– Dar de beber al sediento

– Vestir al desnudo

– Acoger al forastero

– Asistir a los enfermos

– Visitar a los presos

– Enterrar a los muertos

 

Obras de Misericordia Espirituales:

– Dar consejo al que lo necesita

– Enseñar al que no sabe

– Corregir al que yerra

– Consolar al triste

– Perdonad las ofensas

– Soportar con paciencia a personas molestas

– Rezar por los vivos y por los difuntos

Ahí tenemos un camino para crecer en la Misericordia y ayudar a que esta sea la viga maestra que sostenga la vida de la Iglesia.