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El 22 de marzo de 1989 nació la Procesión Penitencial de los Siete Dolores de la Virgen María. Un acto de reflexión que surgió como complemento al acto litúrgico que se venía celebrando desde 1983 en la Insigne Colegiata. Acompañar a la Virgen en su camino de dolor, desde el silencio y máximo respeto, es el principal cometido de un acto abierto a toda la filegresía.
Texto: Antonio Picot _Fotografía: Salva Gregori y Rafa Andrés
El miércoles Santo de la Semana Santa de 1989 tuvo lugar, por vez primera, la Procesión Penitencial de los Siete Dolores de la Santísima Virgen por lo que en la del 2014 celebramos su 25 Aniversario y la procesión número veintiséis.
El motivo de celebrarse en miércoles Santo en lugar del Viernes de Pasión fue que ese año el Domingo de Ramos coincidió con San José y el viernes de Pasión estaba inmerso en las celebraciones josefinas.
Después comentaré algún detalle sobre la misma, ahora pienso que es más interesante plantear lo que, personalmente, considero se puede considerar su germen.
En 1983, la Hermandad celebró en el Altar Mayor de la Insigne Colegiata de Santa María la “Celebración Litúrgica de los Siete Dolores de María” que corrió a cargo del entonces Abad Mitrado el Ilmo. Sr. D. Juan Pérez Navarro.
La respuesta al acto no fue lo amplia que se merecía por lo que en años sucesivos, la Junta Directiva decidió que su celebración se trasladara al Altar de la Virgen en la misma Colegiata.
Fueron unas emotivas celebraciones de los Siete Dolores que contaron siempre con la dirección de un sacerdote, unas veces nuestro Consiliario el Rvdo. P. Jesús Sanz Esteve (q.e.p.d), en otras el Rvdo. D. Benjamín Orovay Morant (q.e.p.d) Canónigo de la Colegiata, que tanto colaboró con nuestra Hermandad sin tener responsabilidad alguna, también el Rvdo. D. Emilio Hernández Martínez que años después sería Consiliario de la Hermandad y el actual Vicario Episcopal D. Jesús Sánchez Domínguez dirigieron el acto litúrgico. En una de las ocasiones junto con la palabra y música apropiada, se proyectaron diapositivas sobre los Dolores de la Virgen.
La devoción a la advocación de los Siete Dolores iba “calando” poco a poco entre los miembros de nuestra Hermandad y entonces después de siete años y como ya se ha indicado la Virgen Dolorosa, salió en Procesión por las calles de nuestra ciudad en un formato diferente al del traslado del Jueves Santo.
Así nacía la Procesión Penitencial de los Siete Dolores de la Virgen María.
¿Qué características tuvo esa primera procesión?. Bajo mi punto de vista tres fueron las más significativas. La primera de ellas la fecha ya comentada y que solo se ha producido en el año mencionado.
La segunda de ellas, el “Trono anda” utilizado. Debido a la premura con que se tomó la decisión de realizar la procesión, la Hermandad no disponía del “trono anda” adecuado para una procesión que debía de marcar diferencias con la tradicional del Jueves Santo. A tal efecto, el Reverendo Don Vicente García, actualmente Canónigo de la Insigne Colegiata Santa María de Gandia y en aquellas fechas Párroco de Benipeixcar, cedió un trono anda para que se pudiese efectuar la Procesión de los Siete Dolores por diferentes calles.
Al año siguiente la Virgen Dolorosa ya procesionó con su actual trono anda penitencial, pero pesaba tanto que para la Semana Santa de 1992 se procedió a aligerarlo, quitándole peso en aquellas partes que no suponían peligro alguno.
Y la tercera característica, fue el horario y el itinerario. La Junta Directiva pensó que lo adecuado sería que cada uno de los Siete Dolores de la Virgen se rezara ante las puertas de una Iglesia o una casa de religiosidad.
La Procesión empezó a las 24 h del 22 de marzo de 1989, con el siguiente itinerario: Insigne Colegiata (1er Dolor), Plaza de la Constitución, Calle Arcos, Calle Hermana Carmelita Rita, Iglesia Santa Clara (2º Dolor), Calle Santa Clara, Calle San Pascual, Calle Ausias March, Calle Santo Duque, Iglesia de Palacio (3er Dolor), Calle Santo Duque, Paseo Germanías, Calle Vallier, Plaza de San José, Iglesia de San José (4º Dolor), Calle Benedicto XV, Plaza del Prado, Calle Rausell, Paseo Germanías, Calle San Francisco de Borja, Calle San José de Calasanz, Iglesia de las Escuelas Pías (5º Dolor), Calle Duque Carlos de Borja, Plaza de San Roque, Iglesia de San Roque (6º Dolor), Plaza de San Roque, Calle Duque Carlos de Borja, Calle Elionor de Castro, Calle San Francisco de Borja, Calle 9 de Octubre, Avenida República Argentina, Iglesia de Cristo Rey (7º Dolor).
El trayecto resultó excesivo por lo que en años posteriores se fue perfilando hasta el que hoy día es el habitual.
No quiero terminar sin agradecer a los responsables de la revista de la Hermandad la ocasión que me han brindado para recordar en unos breves apuntes lo que para mí fueron los prolegómenos de la Procesión Penitencial de los Siete Dolores de la Virgen María.
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